miércoles, 9 de enero de 2013

El servicio una forma significativa de aprender


La universidad y el aprendizaje-servicio

Mg. Kelly Berthany Calle Niño

Coordinadora del Área de Comunicación

Programa de Formación General

 

“No hay árbol bueno que pueda dar fruto malo, ni árbol malo que pueda dar fruto bueno.  Cada árbol se conoce por su fruto”, un interesante pasaje bíblico de Lucas 6: 43, y que seguramente a muchos nos lleva a la reflexión; sobre todo a quienes estamos comprometidos con una labor formativa desde cualquier espacio social, en este caso particular  desde las aulas universitarias.

La universidad, desde siempre, ha sido considerada como el “templo del saber”, un espacio donde se genera conocimiento y al que se le adjudica tres misiones fundamentales: la docencia, la investigación y la extensión. A cada una de estas misiones suele corresponder una estructura organizativa específica, que tiende a su vez a generar una “cultura institucional” propia, no pocas veces aislada o incluso en confrontación con las demás, pero que al final marca un hito histórico en la transformación de los pueblos y la libertad de pensamiento.

En los últimos años, se ha empleado conceptos diversos para referirse a la misión social de la universidad. El más antiguo es seguramente el de “extensión”, un término muy extendido en toda América Latina a partir de la Reforma Universitaria Argentina. Casi contemporáneamente surge la idea de “servicio social universitario” en México, donde desde mediados del siglo XX se llegó a instaurar como un requisito necesario para la graduación, luego se instaló en Venezuela y por supuesto en nuestro país; no obstante, en las últimas décadas se ha querido instaurar otras experiencias enriquecedoras enfocadas en el aprendizaje - servicio.

En este marco, con el propósito de innovar, pero sobre todo de generar nuevos retos y espacios de aprendizaje significativo para los estudiantes, nos propusimos iniciar un vínculo particular con la comunidad, intentando detectar los grandes problemas sociales que enfrenta nuestra sociedad piurana, que desde luego son muchos, pero creemos que desde la universidad podemos intentar involucrarnos con ellos, pues también nos competen y podemos contribuir valerosamente para menguar algunas falencias, destacando algo sumamente valioso: una oportunidad para sensibilizarnos, de cara hacia una formación profesional integral más humana y equitativa.

No cabe duda, que esta primera experiencia está cargada de significado para los estudiantes y para quienes venimos dirigiendo este reto. Es totalmente gratificante desarrollar una alternativa pedagógica a través  del servicio como una oportunidad para el aprendizaje, pues, hay cabida para desarrollar habilidades, destrezas; fortalecer y aplicar conocimientos; además, permite la articulación y encuentro de intencionalidades de diferentes culturas institucionales. De acuerdo con la investigación realizada por Eyler y Giles en universidades norteamericanas, el aprendizaje - servicio impacta consistentemente en la comprensión y aplica­ción de los conocimientos, en el desarrollo del interés por indagar y del pensamiento reflexivo y crítico, en la percepción de posibilidades de cambio social, en el desarrollo personal e in­terpersonal y en el desarrollo de prácticas de ciudadanía participativa (EYLER-GILES, 1999), aspectos que forman parte del perfil que deseamos lograr en nuestros estudiantes Vallejianos y que en cierta medida se ha podido corroborar a partir de esta primera experiencia en el curso de Competencia Comunicativa, durante el primer semestre, y continuamos la segunda parte en el curso de Redacción Administrativa que, seguramente, permitirá obtener mayores luces al respecto, consolidándolo así como una alternativa eficaz y diferente para otorgarle dinamismo y expectativa a nuestros estudiantes en cursos que muchas veces resultan tediosos desde el colegio y que generan un negativismo que ellos traen a la universidad.

Por el momento, aún con muchas actividades pendientes que forman parte del proceso; pero seguros de que tendremos muchas más satisfacciones, pues las investigaciones recientes en torno al aprendizaje – servicio son alentadoras: muestran que estas prácticas pueden constituir una herramienta eficaz para el desarrollo de competencias básicas para el mundo del trabajo, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de competencias para trabajar en equipo, comunicarse eficazmente, asumir responsabilidades y desarrollar la capa­cidad de iniciativa personal y las competencias organizacionales y de gestión. Este conjunto de competencias resultan especialmente significativas en un contexto mundial en el que la empleabilidad no está garantizada, y un número creciente de trabajadores tienen que generar y gestionar sus propios emprendimientos productivos.

 

El secreto de la felicidad esta en dar y no en recibir

Jesús dijo: “Hay más felicidad en dar que en recibir” Hechos 20,35.